VENDIENDO PÁJAROS
"Por aquel entonces mi decisión fue vender pájaros. La idea de cómo lograrlo en un pueblo tan pequeño y siendo yo tan pequeño también, la tomé del mal apodado “Turco”. El turco Jacinto se dedicaba a vender gorriones que atrapaba con un cajón de manzanas colocado boca abajo sobre una pequeña montaña de alpiste y a uno de cuyos lados le montaba un tope improvisado con una rama pequeña de árbol, de manera tal que por la abertura que quedaba pudieran entrar los gorriones a comer. Jacinto ataba la rama con un cordel que arrastraba consigo unos metros hasta el lugar donde se sentaba a esperar. Cuando llegaban los gorriones y pasaban por la abertura al interior del cajón, simplemente tiraba del cordel, la rama caía y la puerta se cerraba... En lugar de gorriones, decidí vender cardenales porque eran más buscados y se pagaban mejores precios por ellos" (Yo, el pintor de cardenales)

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